Gracias a sus ganas de aprender y superarse, hoy opera un equipo de 32 metros de largo y 10 de alto en Óxidos.


La rotopala que opera en el Área Seca de Óxidos es un equipo gigantesco. Mide 32 metros de largo, 10 de alto y cuenta con un disco de remoción de 6 metros, que le confiere una capacidad de mover 1.800 toneladas de ripio por hora. Su peso total es de 108 toneladas.
Al mando de esta verdadera mole está Ignacia Saldívar, una joven que, a sus 25 años, puede contar orgullosa que es la primera operadora de rotopala en la historia de Minera Centinela. «Siempre me llamó la atención la maquinaria pesada, pero nunca imaginé que llegaría a trabajar con una estructura de estas dimensiones. Ha sido una gran oportunidad», señala.
Ignacia ingresó a la Compañía en 2023 como operadora de planta, sin experiencia en este tipo de maquinaria. Hoy, dos años después, sigue enfrentando cada jornada con determinación, sabiendo que está abriendo camino para las nuevas operadoras.
“Al principio fue difícil porque no tenía experiencia, pero con el apoyo de mis colegas fui aprendiendo. La rotopala es una máquina de gran envergadura y operarla ha sido un reto muy interesante», comenta.
La minería no es un mundo ajeno para ella. Desde joven trabajó en Codelco, realizando sus prácticas profesionales en las divisiones Andina y Chuquicamata como operadora mantenedora. Luego postuló a Minera Centinela, donde sus ganas de aprender la llevaron a capacitarse en la operación de la rotopala, cuya tarea es extraer mineral de forma continua, lo que optimiza costos, reduce el uso de explosivos y minimiza la dispersión de material particulado.
Un equipo que se adapta
La incorporación de una mujer en un equipo de trabajo antes conformado solo por hombres implicó algunos ajustes. «Al principio fue un cambio. Tuvimos que adecuar la ubicación de baños y generar un ambiente más inclusivo. Hoy todo fluye naturalmente y su presencia ha sido un aporte significativo en todos los sentidos», explica el jefe de Turno Área Seca – Ripios, Ricardo Collao.
Para la jefatura el crecimiento de Ignacia ha sido inspirador. «Desde que llegó, mostró ganas de aprender y dar siempre un paso más. No solo asumió el desafío de operar la rotopala, sino que también ha motivado a sus colegas a seguir perfeccionándose», destaca Ricardo.
Inspirando a las nuevas generaciones
Además de su labor en faena, Saldívar estudia Ingeniería Civil Industrial con el objetivo de ampliar sus conocimientos y oportunidades. «Siempre quiero aprender más, operar otros equipos y fortalecer mi formación», dice. Su testimonio invita a que más mujeres se atrevan a ingresar a la minería. “Es un rubro desafiante, pero con muchas oportunidades. Lo más importante es demostrar nuestras capacidades y seguir adelante».
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