El plan considera supresores de polvo, el rediseño de sistemas críticos y nuevas soluciones de limpieza industrial.


Como parte de la estrategia de gestión y control de calidad de aire de Minera Centinela, la planta concentradora lleva adelante un conjunto de proyectos orientados a mejorar el control de emisiones de material particulado.
Las iniciativas, que se encuentran con un avance del 60% a julio, apuntan a reducir la presencia de material particulado fino (MP10) en los procesos operativos y sus áreas, donde la estrategia contempla intervenciones de diversa complejidad, algunas de rápida implementación y otras que han requerido soluciones de ingeniería especializadas.
“Hemos trabajado en soluciones efectivas y con alto grado de disponibilidad operativa. Estas medidas buscan asegurar el cumplimiento normativo, proteger la salud de las personas y anticiparnos a escenarios ambientales más exigentes”, explicó Felipe Bello, superintendente de Gestión Integrada Concentradora.
Este trabajo es parte del Plan de Descontaminación Atmosférica (PDA) y los compromisos establecidos en su Resolución de Calificación Ambiental (RCA). El objetivo principal es alcanzar niveles de eficiencia cercanos al 90% en los puntos críticos, comparados con una línea base levantada sin sistemas de supresión.
Control de emisiones
Entre los proyectos más relevantes figura la instalación de un anillo de supresión en el chancador primario, sector donde se genera gran parte del polvo debido a la descarga de camiones CAEX. El sistema utiliza una combinación de agua, aire y un producto específico para formar una neblina que captura el material en suspensión.
Otra iniciativa destacada corresponde al sello en harneros secundarios y terciarios, que permite encapsular el proceso de harneo mediante cubiertas, similares en su función a los toldos instalados en camiones de concentrado, con el propósito de evitar la emisión de partículas al ambiente. En paralelo, se ejecuta un overhaul del colector de polvo, que implica la actualización del sistema original mediante nuevas bombas, líneas de recolección y mejoras en los supresores instalados.
Asimismo, el plan considera la implementación de un sistema de alto vacío, que conecta diversos puntos del edificio de chancado a través de una red de ductos, permitiendo que un camión tipo “Supersucker” aspire el polvo acumulado, sin necesidad de barrido manual ni exposición del material al entorno.
A ello se suma la reorganización de ductos de limpieza, el desarrollo de productos específicos para el regadío de laderas expuestas al viento, y la mejora de líneas de aspiración en sectores estratégicos de correas.
Los equipos técnicos esperan que el conjunto de proyectos esté finalizado en un 90% hacia noviembre, con sistemas ya operando y en condiciones de cumplir los estándares comprometidos.
La experiencia ha sido reforzada por visitas a otras operaciones mineras y la incorporación de buenas prácticas, adaptando soluciones probadas a la realidad de la planta. El desafío, aseguró Felipe Bello, será consolidar estas mejoras y seguir profundizando en una cultura de control ambiental de excelencia.

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