Más de 60 voluntarios y voluntarias de Centinela inspiraron a jóvenes y los acercaron a la industria.


Con una alta participación en el Liceo General Óscar Bonilla de Antofagasta finalizó el programa de voluntariado ‘Conecta minería 2025’ de Minera Centinela. La iniciativa, desarrollada por la Superintendencia de Aprendizaje y Desarrollo, la Subgerencia de Asuntos Públicos y Comunidades y la consultora Artikula HC, busca acercar el mundo minero a estudiantes de liceos técnicos y científico-humanistas de Sierra Gorda, Calama y Antofagasta mediante mentorías y charlas motivacionales.
El programa formó a trabajadores/as de Minera Centinela en mentores/as que comparten su experiencia y fomentando habilidades técnicas y vocacionales para inspirar a estudiantes a elegir la minería como camino profesional.
Durante el año, el equipo de voluntariado realizó 30 charlas en los tres establecimientos educacionales seleccionados: la Escuela Caracoles de Sierra Gorda, el Liceo Óscar Bonilla de Antofagasta y el Colegio Río Loa de Calama. En ellas abordaron temas como seguridad, finanzas y procesos mineros, además de compartir su experiencia sobre trabajo en faena y los desafíos en la industria.
Experiencias transformadoras
Estas actividades tuvieron un impacto significativo en los estudiantes. “La capacitación y la forma en que cada trabajador vive su día a día me han enseñado mucho. Ojalá en el futuro pueda trabajar ahí y también dar charlas para inspirar a otros jóvenes”, comentó el alumno de tercer año de planta química del Liceo General Óscar Bonilla, Martín Jopia.
La ingeniera de sala de control del centro de Gestión de Operaciones Integrado (GIO), y voluntaria del programa, Camila Bastías destacó el interés de los jóvenes por conocer sobre “nuestros proyectos y la incorporación de las mujeres a la minería”. Por su parte, el presidente del Sindicato de Supervisores, Celso Pardo, valoró la oportunidad de compartir su experiencia: “Lo más valioso es mostrar a los jóvenes que con disciplina y decisión pueden alcanzar sus metas”.
Los docentes Roberto Molina y José Luis Valdivia coincidieron en el valor educativo del programa: “Los voluntarios comparten no solo conocimientos técnicos, sino también habilidades blandas y experiencias reales. Los jóvenes profundizan en procesos como flotación e hidrometalurgia y comprenden mejor qué se espera de ellos en la industria minera”.

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