El trabajador de la Bodega Central cumplió su último turno y se acogió a jubilación, dejando una imborrable huella en su equipo de trabajo.
El lunes 27 de marzo fue un día especial para Ricardo Morales Huidobro, bodeguero de la Bodega Central. Después de 34 años de trayectoria en la industria minera, este trabajador terminó su último turno para comenzar a disfrutar su jubilación.
Morales, apodado por sus colegas como “Shaolín” por su afición a las artes marciales, trabajó los últimos 13 años de su carrera en Minera Centinela, un lugar donde pudo crecer, alcanzar sus metas y que deja lleno de orgullo por lo conseguido.
“Al pensar en Centinela ‘saco pecho’ porque es una muy buena empresa. Estoy muy contento y feliz de haber pertenecido a la Compañía y me siento muy orgulloso de ella. Llevo 34 años en minería, pero aquí se me han abierto las puertas en muchas cosas, y el grupo humano que trabaja con nosotros es fabuloso, muy bien elegido, todos muy buenos profesionales. Da gusto trabajar acá”, comentó a horas de culminar su turno.
“Chao, Shaolín”, decía la dedicatoria que sus compañeras y compañeros le entregaron en una despedida realizada en la Sala Chacabuco, donde no faltaron los recuerdos, anécdotas y parabienes.
El supervisor de Bodega y Transporte, y jefe directo de Ricardo, Carlos Fuenzalida, dijo que “siempre ha sido una persona destacada por su forma de ser. En lo personal tiene sus principios muy arraigados, que se complementan de manera espectacular con los valores de la Compañía y le da un equilibrio perfecto al grupo de trabajo. Es una persona súper colaborativa que extrañaremos en el área”.
Del mismo modo, la administrativa de Despacho, Diana Cornejo, agregó que “más que un compañero de trabajo se nos va un integrante fundamental del equipo. Y queda harta pena, pero alegría a la vez, porque no creo que lo dejemos de ver, así que le deseo que viva lo que ahora tiene que vivir con su familia. Un abrazo fraternal y lo único que te puedo decir Ricardo: gracias, muchas gracias”.
Eduardo Casto, bodeguero, amigo y compañero en las artes marciales, cuenta que “con Ricardo hemos compartido muchas cosas, el trabajo con él es muy llevadero porque los dos somos muy deportistas y nos complementamos mucho en eso. Siempre hemos sido buenos compañeros, nunca hemos tenido choques o discusiones”.
Por su parte, el jefe de Logística y Bodega, David Espinoza, reafirmó el aporte del trabajador al área, enfatizando que su despedida les deja una sensación de dulce y agraz, porque “es una situación que nos llena de alegría, en el sentido de que él va a compartir con su familia, pero también para nosotros es una pérdida importante, dado que Ricardo es una persona muy comprometida, muy colaboradora, que ayuda mucho a mantener un clima laboral de excelencia, así es que todos nosotros vamos a extrañarlo en el día a día”.
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